¿Qué puedo decir de mí? Podría empezar por el tópico de…”siempre supe que quería dedicarme a dibujar”…Pero no lo diré porque, aunque sea cierto, no fui consciente de ello hasta hace unos cuantos años ya, cuando esa idea de repente cobró sentido en mi cabeza. Entonces fue cuando, echando la vista atrás, vi que mis momentos más felices (sin contar con los que se pasa en familia, claro está) fueron aquéllos en los que había por medio un lapicero. Los comics que hacía en el cole; aquel primer retrato en el que por más que le daba vueltas no comprendía cómo podía dibujarse una nariz de frente…¡tenía que conformarme con dibujar una simple L!, ¡aquéllo no tenía volumen!; aquel concurso en el que gané mi única medalla de plata; las visitas a la casa de mi vecina en las que sobre todo recuerdo que dibujaba y dibujaba…

 

Comprendí que si de los pocos recuerdos que se mantienen vivos de mi infancia estos permanecían tan claros en mi cabeza, era porque no debía olvidar nunca esa sensación. ¡Y me puse manos a la obra!

 

Mi formación y mis años de experiencia en Publicidad me habían proporcionado muchos conocimientos que a día de hoy me resultan enormemente útiles. Ya había conocido más de una academia de Bellas Artes a las que también debo muchísimo, pero tenía claro que quería especializarme en Ilustración, así que, reuniendo el poco valor que tenía y las inmensas ganas, logré al fin mi título como Ilustradora Editorial.

 

Unos años y muchos dibujos después me topé con “El muñeco que hace reír” y todos sus amigos del Mundo de la Plastilina. Gracias Asun por darme la oportunidad de trabajar para la Editorial Cosquillas, y gracias Raúl por ser mi inspiración para el cuento que ahora tengo la oportunidad de mostrar.